Si bien vamos a referirnos especialmente al duelo por la muerte de un ser querido, la mayoría de las pautas mostradas a continuación se corresponde absolutamente con las vivencias de quienes elaboran duelos por otro tipo de pérdidas (ruptura de una relación afectiva, cambio de vivienda, cambio de ciudad, cambio de estatus etc.).
Para poder acompañar saludablemente a un familiar o amigo que ha perdido algo o alguien valioso es posible hacer muchas cosas, pero es necesario dejar de hacer algunas otras.
Cosas que no hay que hacer.
- Frases cómo “No pienses más en esto”, “Piensa en los demás”, “no te preocupes”, “tienes que ser fuerte”, “no llores más”, son, además de imposibles, inadecuadas. Debemos permitir que la persona tenga y exprese sus sentimientos sin transmitirle la sensación de que nos está defraudando.
- Salir huyendo ante la mínima expresión de sentimientos dolorosos.
- Decirle a la persona que ha sufrido la pérdida lo que tiene que hacer.
- Decir “se cómo te sientes”. Cada persona experimenta el dolor a su manera. Muéstrale tu comprensión e invita a la persona a que comparta sus sentimientos si es su deseo.
- Decirle “llámame o ven a mi casa si te sientes muy mal o necesitas algo”. Cuando uno se siente tan mal no suele tener ganas de llamar o visitar a nadie. No esperes a que te busque, toma la iniciativa y llámalo o visítalo.
- Sugerir que “el tiempo cura todas las heridas”.
En el siguiente post seguiremos describiendo conductas a no realizar durante el acompañamiento del duelo.