Las personas diagnosticadas de un trastorno de personalidad histriónica se caracterizan porque se sienten incómodas en situaciones en las que no son el centro de atención o se sienten poco apreciadas. A menudo se sienten alegres y teatrales y tienden a llamar la atención sobre sí misma, igualmente pueden seducir o maravillar a las nuevas amistades por su entusiasmo, su aparente apertura o su coquetería. La interacción con los demás se caracteriza por un comportamiento sexualmente seductor o provocativo. Están tremendamente preocupados por impresionar a los demás con su aspecto y emplean una cantidad excesiva de tiempo, energía y dinero en ropa y arreglo personal.
Estas personas tienen un estilo de discurso que es excesivamente impresionista y carente de detalle. Las opiniones se expresan con un toque dramático, pero la razones y argumentos suelen ser vagos y difusos, otra característica de las personas con un trastorno de personalidad histriónica, es el autodramatismo, la teatralidad y cuando expresan sus emociones, lo hacen de una manera muy excesiva. Pueden ser demasiado confiados, especialmente en las figuras de autoridad. Otra de las características es qué consideran las relaciones más íntimas de lo que realmente son, por lo que describen a casi todos los conocidos como «cariño» o “querido amigo”.